Me gustaría escribir tantas cosas, encontrar las palabras que maticen mi sentir.
Llegas a mi vida, sin que te lo hubiera pedido y cual mortal saeta, de la manera más rápida te clavas en este corazón, corazón ya acostumbrado a golpes y traiciones, acostumbrado a desconfiar y no entregarse; y contra todo eso sabía defenderme, pero atacaste con algo nuevo para mí.
Llegaste con cariño, ternura, palabras bonitas y con amor; dime, ante eso ¿Cómo me defiendo yo?
Me enseñaste a tocar con el corazón y a besar con el alma, a sentir el cálido éxtasis que causo el pasar una noche abrazado a tu lado, a deleitarme con la dulce melodía que salía de tus labios cuando me decías "Amor".
Todo eso me enseñaste y a todo esto me acostumbraste en tan solo 3 meses, me enseñaste que podía ser amado y que la vida esta compuesta de varios colores.
Sin saber como, cambiaste mi perspectiva de la vida. Contigo hice el amor por primera vez y descubrí que en la cama pueden pasar muchas cosas aparte de lo sexual. Que yo valgo la pena como persona sin importar que hubiera en mi pasado, sin importar cuantas camas había tocado, ni cuantos sueños matado, me dijiste que todos merecemos una segunda oportunidad.
Y entre estas palabras, tus sonrisas y tus dulces caricias, deshelaste mi corazón, me trajiste vida e ilusión y así, de golpe me diste todo eso y así de golpe me lo quitaste.
Una noche, sin una explicación clara, me dijiste adiós. Te marchaste cuando me habías vuelto a la vida lo suficientemente sensible para sufrir.
De todas las personas crueles tu fuiste la mas, porque me enseñaste a llorar. Ahora te fuiste, dejaste un cumulo de sensaciones nuevas para mi, hay alegría, tristeza, resignación y frustración.
Y no se como expresarlo con mi pluma atada al corazón.
Pedro Flores
